Una de las características más sobresalientes de las personas con espectro autista es su dificultad para el contagio emocional, para mostrar empatía, y para reconocer y comprender las emociones de los demás, independientemente de la capacidad general de la persona. Como decía Uta Frith para los niños con TEA es difícil “distinguir entre lo que hay en el interior de su mente y lo que hay en el interior de la mente de los demás”
